lunes, 11 de marzo de 2013

“La Autoridad”

“Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas”, Rom. 13:1


• La gran controversia del mundo está en saber quién tendrá la autoridad. Dios se ha propuesto manifestar su autoridad al mundo por medio de la iglesia.
• La mayoría de las exigencias que Dios impone al hombre no consisten en que lleve la cruz, sirva, dé ofrendas o se niegue a sí mismo. La mayor exigencia es que obedezca.
• Para que se manifieste la autoridad debe haber sumisión; si ha de haber sumisión es necesario excluir el yo. Esto sólo es posible cuando uno vive en el Espíritu.
• La oración de Getsemaní (Luc. 22:42) se basa en el mismo principio de 1ª Samuel 15:22, “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto de los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros”. En dicha oración, Jesucristo manifiesta su obediencia a la autoridad de Dios.
• En Génesis 2 y 3 vemos que después de que Dios creó a Adán le dio algunas órdenes; entre éstas estaba la de no comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y el mal. Aquí lo importante no era la prohibición de comer. Lo importante era que Dios estaba poniendo a Adán bajo autoridad para que aprendiera la obediencia.
• Por una parte, Dios puso a todos los animales bajo la autoridad de Adán para que éste tuviera dominio sobre ellos. Por otra parte, Dios puso a Adán bajo Su autoridad para que le obedeciera. Sólo el que se sujeta a la autoridad puede ser autoridad.• La caída del hombre se debió a la desobediencia a la autoridad de Dios. rebelarse contra la autoridad que representa a Dios es lo mismo que rebelarse contra Dios.
• Estamos bajo la autoridad de los hombres, de la misma manera que tenemos hombres bajo nuestra autoridad. La autoridad está por todas partes: en la escuela, en el hogar, la policía, en la iglesia.
• La obediencia es un principio fundamental. La sumisión que enseña la Biblia tiene que ver con el someterse a las autoridades establecidas por Dios.

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